La hostelería, uno de los primeros
sectores en caer
La
crisis azota con más fuerza que a nadie a los hosteleros. A pesar de situarnos
en una zona geográfica bastante privilegiada en este aspecto, cada vez son más los bares y
restaurantes que se ven obligados a cerrar sus puertas al público.
La actual crisis económica ha afectado a todos los sectores del país,
pero la hostelería es uno de los más afectados ya que cuando se carece de
recursos económicos, este es un lujo del que no cuesta prescindir. No hay por
qué bajar a la cafetería a tomar café si en casa tenemos una buena cafetera, ni
ver un partido en el bar si los amigos también pueden ir a casa.
Debido a estos pensamientos la crisis está cebándose con restaurantes,
bares y cafeterías que se ven obligados a cerrar sus puertas. Cuesta sobrevivir
en un mercado cada vez más exigente ya que los clientes de hoy en día buscan
calidad a buen precio, eso a los empresarios les supone un saldo casi siempre
negativo. Pocas personas gastan lo poco que tienen hoy en día en un producto o
un servicio que no es al 100% satisfactorio. De este modo, nos encontramos con
esta crisis ante un mercado en el que sólo sobreviven los grandes, los
empresarios inteligentes y capaces de amoldarse a las situaciones más escuetas.
Por esta razón queremos saber cómo afecta la crisis a la hostelería
alicantina.
La crisis en los restaurantes alicantinos
Alicante es una provincia que, aunque está siendo azotada por los
efectos de la crisis, no puede quejarse en comparación con otras regiones como
Andalucía o Murcia. El paisaje alicantino es un reclamo muy poderoso para los
turistas y este hecho hace que la restauración en Alicante no sienta la fuerza
de la crisis.
Así como llegan turistas también llegan personas de todas las partes del
mundo buscando trabajo en esta isla económica. Detrás de las barras alicantinas
no es de extrañar escuchar todo tipos de acentos; desde el alegre andaluz, el
cortés colombiano o el rudo rumano. Vemos camareros de todos los países y de
todos los colores.
La hostelería es una salida fácil en esta región, tenemos bastante
trabajo y, además no exigimos al trabajador unos conocimientos muy extensos en
ninguna materia. No es necesario haber trabajado en ninguna feria de la cerveza
alemana para aprender a servir una caña.
No
obstante muchas de las personas que encontramos tras las barras alicantinas
antes pertenecían a gremios tan variopintos como la construcción, el calzado,
la huerta… Ahora encuentran en la restauración una cuerda a la que agarrarse
pero, ¿no es esto exactamente lo que denota la crisis? Es decir, si de verdad
somos un oasis económico en medio del desierto, ¿porqué hay abogados que saben
inglés sirviendo copas?
La eterna paradoja, el huevo y la gallina. La opinión de muchos expertos
es que tenemos la misma crisis que el resto de España y que el resto del mundo.
La opinión de los trabajadores es que estamos mejor que nadie porque, aunque no
se pueda ejercer de lo que se es, al menos se tiene trabajo.
La crisis la pagan los trabajadores
Llamemos “crisis aguda” o “tremenda
suerte” a la situación económica de la hostelería alicantina, pero sigue siendo
lo mismo: “empresario explota a trabajador con el pretexto de la crisis”.
¿Cómo? ¿Qué significa esto? Muchos de
nuestros abuelitos que han crecido en el clima tercermundista de la posguerra
civil española dicen: “estarás cansado, pero da gracias que tienes trabajo”.
Este es el tipo de comentarios que refuerza a empresarios hosteleros sin
escrúpulos que se aprovechan de la sensación de miedo que pasea por las calles.
Así no son de extrañar los turnos de 13 horas ni los trabajadores sin
contrato.
La
crisis de primera mano
Hablamos
con Juan José Navarro Simón y nos cuenta como ha afectado la crisis a la
cafetería donde el trabaja, Niza. Nos cuenta que hace 5 años, cuando él empezó
a trabajar, habían 2 personas en su puesto de trabajo. Hoy no hay tanta faena
como para tener dos camareros.
Como profesional de la hostelería más de 5 años, es un referente
importante en el análisis de la crisis en la restauración alicantina:
P- ¿Cuándo empezaste a trabajar en esta
cafetería había más clientela?
R- Por supuesto, recuerdo que todas las
noches salía bastante tarde porque siempre había gente aquí.
P-¿En qué época tenías más faena?
R- Cuando más faena hay es durante el fin
de semana, eso la verdad es que no ha variado. Pero antes había mucha más faena
estos días, la gente venía aquí a cenar, luego se tomaban también aquí los
cubatas… Los clientes ahora no abarcan tanto.
P- Actualmente, ¿cuándo tienes más
trabajo?
R- La semana intensiva sigue siendo la de
las fiestas de Elche, pero ya no es lo mismo. A pesar de que el la cafetería se
llena, ya no hace la misma caja.
P-¿Y los fines de semana?
R- A ver, hay mucha más faena que entre
semana, pero es bastante más floja ya que la gente cena o toma cubatas. Ya poca
gente hace las dos cosas.
P- Pero tú sigues trabajando aquí, luego
el descenso no habrá sido tan impresionante, ¿no?
R- Bueno. Sigue viniendo gente a
desayunar, a tomar café… Pero ya no hay tanta clientela, es diferente. De
hecho, hace un par de años un compañero mío tuvo que irse porque no había faena
para los dos.
P- Entonces, en general, ¿cuáles son los
cambios que más has notado como camarero?
R- Pues eso, que antes venía mucha más
gente y consumía mucho más y ahora ya no.
Como
podemos comprobar después de escuchar a Juanjo, la crisis en Alicante aprieta
pero no ahoga.
La Asociación Provicial de Empresarios de Hostelería de Alicante pone a
disposición de empresarios y trabajadores cursos, ayudas, información… A fin de
evitar la quiebra de restaurantes, bares y cafeterías.
En esta web se ponen en común múltiples ofertas, ayudas y cursos para
ayudar a los trabajadores a formarse y orientarse.
